martes, 16 de julio de 2019

¿A donde van las palabras?


¿A dónde van las palabras que no decimos? ¿Dónde van los sentimientos que apagamos? Siempre tuve esa duda, donde queda todo eso que tapamos o ahogamos. Se siente como si las palabras quedaran flotando en el aire, alrededor de tu cabeza, donde te ahogan hasta que lloras. ¿Dónde quedan todas las cosas que quisimos decir y callamos? ¿Acaso se transforman en nudos en la garganta? O quizá en gritos de angustia.
Hay tantas palabras que no dije, tantos sentimientos que apague, tantas palabras que las grite al aire solo para no tenerlas guardadas en mí. Hay tantas cosas que hice sin sentido, o quizá con, pero que siguen ahí, sin ser lo que siento, y vuelven una y otra vez a recordarme ¿Qué hiciste? ¿Por qué apagas tus sentimientos?
Tengo tantos nudos en la garganta, cada noche, cada día, llenos de palabras que no puedo decir, o que no me salen, y aunque uno piense “algún día se van a ir”, no es así, siguen acá, siendo nudos en la garganta, y ganas de llorar cuando pronuncias SOLO una.
Tantas cosas por decir, tanto miedo a decirlas, tanto miedo a que se vayan y no vuelvan. Quisiera decir lo que nunca dije, o lo que nunca pude. Así que quizá las escriba, para que estén en algún lado y no sean palabras flotando en el viento…
Hay tantas cosas que no pude decir, y hay tantas cosas que no puedo decir, y todas esas cosas rondan por alrededor de mi cabeza, y flotan en cada lugar que voy. Terminas con palabras en tu garganta, palabras que nunca llegaste a decir, o que quedaron por la mitad. Y así es, como jamás pude decir lo que sentía realmente. Y las palabras se quedaron acá, guardadas, escondidas, flotando.
¿A dónde van las palabras que nunca se dijeron? A ningún lado, se quedan acá, siempre. Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, y nos llena el alma de gritos mudos. Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta. Lo que no decimos se transforma en deuda, en asignatura pendiente. Lo que no decimos no muere, nos mata. Lo que no decimos se transforma en herida abierta.
Quisiera decir muchas cosas, muchas cosas que son deuda, asignatura pendiente. Pero las palabras que no se dijeron seguirán acá, sin decirse o sin ser escuchadas. Quizá escritas. Pero las palabras que no se dijeron no se olvidan, se quedan a atormentarnos…
¿A dónde van las palabras que no se dijeron? ¿A dónde va todo lo que queres hacer y no haces? ¿A dónde va lo que no te permitís sentir? A ningún lado.

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