miércoles, 29 de abril de 2020

Te soñé


Anoche te soñé, otra vez. O a la madrugada, como quieras llamarlo. Una vez más, como hace dos meses, apareciste intentando decirme algo que por alguna extraña razón no podes.
No te conocí, ni siquiera me conociste. Pero anoche, como hace dos meses, volviste a hacer que me despierte angustiada y con la duda de que estas intentando decirme. Hace dos meses, te soñé dos noches seguidas, en ambos corrías, me hacías seguirte hasta que desaparecías, yo solo decía tu nombre, que es lo único que conozco sobre vos. En cambio, esta vez fue diferente, esta vez te me ponías de frente, otra vez intentando decirme algo que no puedo escuchar o que jamás llegas a decirme por alguna extraña razón. Estábamos cara a cara, aunque no la conozco.
Mil veces te pregunte que es lo que intentas decirme, el por qué nunca lo haces, por qué te escapas y a donde te vas. Nunca hice más que correr atrás tuyo, intentando alcanzarte y que me digas algo, pero siempre, siempre desaparecías, te esfumabas. Esta vez me mirabas, intentando decirlo, buscando palabras, pero una vez, te ibas. Te tenía cerca, te tenía enfrente y no iba a dejar que te vayas tan fácil. Grite tu nombre, muchas veces, lo mas fuerte posible, mientras te preguntaba “¡¿Por qué te vas!?”. Por primera vez, intente agarrarte del brazo como si no te estuviera soñando. Incluso sentía el impulso del grito en mi pecho.
Busque ayuda, opiniones. Todas las respuestas fueron muy similares. Quizá vuelva a soñarte, y espero que sea así. Espero esta vez poder escucharte, que puedas decirme lo que intentas decirme desde hace dos meses, cuando apareciste en mis sueños por primera vez… Espero que puedas aparecer, decirme y no escapar. Espero que tengas paz... 

lunes, 2 de marzo de 2020

Atardecer


Atardeceres que te arrancan la cabeza. Atardeceres que te llenan los ojos de lágrimas. Atardeceres tan perfectos que desatan una cantidad infrenable de sentimientos.
Atardeceres tan naranjas y amarillos que hacen brillar los ojos. Gire a la izquierda y estabas vos. Que me llevaste de la manito al techo del edificio solo a ver el atardecer. Tenía tanto vértigo que te sentaste conmigo en el piso y me empezaste a contar cosas tuyas y de cuantas veces te juntabas ahí con tus amigos. Gire a la izquierda y te tenía sentado al lado mío, agarrándome la manito, y mis ojitos brillaban por todo, y mi corazón estaba por explotar.
Ver atardeceres me llena tanto el alma y me hace sentir cosas tan lindas; me genera algo en la pancita, una sensación de satisfacción en el pecho. Mi cabeza vuela. Es una sensación tan similar a cuando nos reímos juntos y no podemos parar. Digo similar porque no hay nada que se compare a lo que me hace sentir el sonido de tu risa.
Veo el sol ponerse, entre el cielo naranja, y veo tu sombra al lado mío fascinada con el cielo. Veo tu sombra mirando la primera estrella que se asoma y preguntándome si para mi eso es una estrella o un planeta. Yo solo puedo observarte. Formas parte del paisaje. Parte de ese atardecer que me llena de amor.
Sos esos atardeceres que encontras por casualidad, y son más hermosos que cualquier otro atardecer que viste. Sos como esos atardeceres brillantes e irrepetibles, de esos que no podés dejar de ver, de esos que son únicos, de esos que podes ver en una ruta.
Mirarte a vos es como mirar un atardecer brillante e irrepetible, pero eterno.

jueves, 6 de febrero de 2020

Ojitos chinos


Dos ojitos. Tan grandes cuando me miran. Tan chinitos cuando sonríen. La sensación que siento cuando me miras no tiene explicación. Casi que se compara a la sensación de cuando conseguís algo que siempre quisiste tener, y digo casi, porque la sensación es mucho más fuerte.
Dos ojitos chinitos, que brillan y sonríen. Que dicen mas palabras de las que vos podés llegar a decir. Una mirada que me hace sentir en el lugar correcto. Unos ojitos que me hacen sentir en un lugar privilegiado. Mirarte a los ojos es como mirar el mar en el atardecer. Es como encontrar la paz y la calma después de mucho estrés.
Quizás tus ojos están en cada atardecer. Quizás tus ojos están en cada cosa que genera paz. Quizás mirar el brillo de tus ojos cuando me miras es como tomar una coca un día de mucho calor. O sentarse a tomar mates con mamá. O llegar a tu cama un día de mucho cansancio.
Quizás mirar como tus ojos sonríen cuando me ven llegar es lo mejor después de un día que queres olvidar. Es un chocolate en un día de tristeza. Es un abrazo un día donde todo duele.
Tus ojos. Esos ojos chinitos. Que me buscan en cualquier momento del día. Que los ves brillosos cuando hacemos el amor. Que sonríen y brillan cuando estamos tirados en el living. Que detonan amor cuando nos estamos duchando. Esos ojitos chinos e hinchados que sonríen cuando recién te despertas y me ves al lado. Tus ojos. Esos que busco como complicidad, antes de hacer cualquier cosa. Esos que busco cuando me siento mal, cuando estoy cansada.
Tus ojos chinos. Los que busco cuando te extraño. Cuando quiero decirte que te amo. Esos ojos chinos que están en mi cabeza incluso cuando no estas. Esos ojitos que si recuerdo en cualquier lugar me hacen sonreír. Esos ojos brillosos que me hacen acordar a un día de sol. Esos ojitos que quiero ver cada día cuando me despierto. Esos ojitos que quiero ver cada día antes de irme a dormir. Tus ojitos los que quiero ver mientras desayuno. Los que quiero ver cada vez que beso. Los que quiero ver cada vez que hacemos el amor. Cada vez que busco complicidad. Cada vez que busco paz.
Tus ojitos. Esos mismos que están chinos por fumar. Esos mismos que están chinos por el sueño o cuando recién te levantas. Esos ojos que son chinos cuando sonreís y brillan mucho mas cuando me miras. Tus ojitos, mi amor. Son lo que quiero ver todos los días.

sábado, 1 de febrero de 2020

Te llevo para que me lleves

'Te llevo para que me lleves' cantabas mientras yo te miraba con esa cara de embobada con la que te miro siempre. Esa cara que prefiero ocultar muchas veces, y de hecho, lo hice. Nunca te diste cuenta como te mire ese día. No, no es que este mal. Mira como me brillan los ojitos por vos, pero la diferencia, es que era nuestra primera cita.
¿Como iba a desbordar amor por los ojos cuando era la primera vez que salíamos? No importa cuanto tiempo pase de ese día, me acuerdo y sonrio. Estabas tan concentrado con la guitarra y cantando, que no te diste cuenta que te miraba como si estuviésemos juntos hace tiempo. Mi cabeza pensaba "es muy pronto para mirarlo así" y al mismo tiempo no podía evitarlo. Fue realmente un flechazo.
"Te llevo para que me lleves" cantabas. Y ahora no puedo escuchar esa canción sin viajar a ese día. Sin viajar, sin escalas, a vos y sentir algo en la panza que me genera escalofríos.
Llevame que te llevo al fin del mundo, pienso. Llevame que te llevo, a la luna o a marte, como cada vez que nuestras pancitas se rozan. Llevame que te llevo, de la mano a cualquier lado, porque cualquier lugar es perfecto si estas vos ahí, para hacerme reir, para hablar de la vida o de vos y de mi, y de como llegamos a estar acá, porque ni vos, ni yo caemos en como se dio todo.
"Te llevo para que me lleves" canta mi cabeza, o te canta sin poder evitar volver mil veces a ese 11 de diciembre...

martes, 19 de noviembre de 2019

Miedo o ser feliz?


Que horrible es ser presa de los miedos. Quisiera no serlo. Pero lo soy. No hago lo suficiente para no serlo tampoco. Es que a veces no soy presa, a veces los tomo como consejos del mas allá.
Yo se lo que vas a decir. Que esa frase es de los cobardes. Yo soy cobarde. Así que deja que sea mi excusa. O mejor no me dejes.
Se que las cosas que más miedo dan son las que te hacen vivir. Pero también te hacen sufrir. Te juro que quisiera agarrar todos mis miedos y tirarlos a la basura. Pero también los quiero abrazar fuerte. Son mi escudo antibalas. No me arriesgo a sufrir. Ni a ser lastimada. – Tampoco a ser amada. – dijiste, casi por lo bajo. Y si que vale la pena amar y ser amada.
Quiero largar todos mis miedos y jugármela por él. Quiero verlo. Quiero dejar fluir todo lo que me hace sentir. Pero ¿y si sufro? Quiero verte porque se que pones en claro todos mis esquemas. Esos esquemas que están bastante mareados y desordenados. No se como haces. Pero lo haces tan fácil. Y al mismo tiempo, quiero no verte más porque arreglas mis esquemas y no quiero. No quiero que seas la pieza que le falta al rompecabezas. Pero cuando no te veo… dios, solo quiero mirarte y presumirte. O presumir como tus ojitos brillan y sonríen cuando me miras. ¿Acaso el miedo me frena o me aconseja? No se… solo se que cada vez que le hago caso vos te alejas un poquito.
¡Basta, boluda! Para conseguir lo que queres tenes que salir y jugar. No importa que estes un poco lesionada. Entra y juga antes de que jueguen por vos. ¡Juga, cagona!
- ¿Y si pierdo?
- ¿Y si ganas? 
- Tengo miedo.
- Lo sé, pero así se consigue.
Juga. EL miedo no puede tenerte siempre en esa cajita. Esa cajita de cristal. No todo es sufrir. Y, así y todo, sufrir es parte de vivir también.
¡Estas viva, tonta! Ponete el disfraz de valiente y salí a tropezar. Agarra todo y anda con el que te arregla los esquemas, aunque te joda. Aunque no sea lo que pensas. Anda. Si te ordena y te genera caos es lo que necesitas. No se encuentran seguido personas que te generen orden y desorden, y siempre son las que valen la pena.
-          ¿Y entonces?
-          El miedo es ausencia de valor.
-          Entonces, ¿no existe?
-          ¡Existo! Pero formo parte de vivir..

domingo, 10 de noviembre de 2019

Adios confort.


No sé cuantas veces tenga que despedirme. No sé cuantas veces tenga que aceptar que sos confort y no sos lo que elijo. Quizá deba dejar supurar algunas heridas hasta que sanen nuevamente. No entiendo porque caí de nuevo. Quisiera echarle la culpa a mercurio retrogrado, pero sé que no fue él, fui yo y mi inseguridad constante.
Necesito soltarte otra vez. Aunque también se que jamás te volví a sostener. Hay palabras que por orgullo nunca te quise decir. Pero si no las digo no puedo avanzar. Se que suena egoísta. Se que te estoy tirando lo de adentro sin pensar en vos. Que estas en pampa y la vía sin saber para donde caminar. De verdad tengo que elegir esta vez. Tengo que elegirme. No puedo tener a otra persona colgando de mis dudas, no es justo.
Necesito sacarte de acá. Los recuerdos me pesan un montón, y cuando digo un montón es porque realmente es mucho. Vi esa foto de nosotros abrazados y entendí que es lo que estaba sosteniendo todavía. Justamente ese abrazo. Nunca di abrazos tan sinceros y cargados de amor como los que te regalé. Pero los necesito de nuevo. Formaste parte de mi mundo. Pero ya no y los necesito otra vez. Me costo un montón dejarte ir y a veces me cuesta un montón aceptar que ya no sos vos y que es otra persona. Mas de una vez quise soltar todo a la mierda y que volvamos a intentarlo nosotros. Mi lugar de confort. Mi lugar controlado. Pero no es así.
Muy lindo todo. Pero no. No funcionamos. Pasamos cosas horribles, pero también cosas hermosas que son difíciles de sacar. Agradezco que un abrazo nuestro haya quedado plasmado en una foto para recordarme como amé y como puedo amar (para cuando no me sienta capaz)
Para irme tengo que dejarte algo que no me pertenece a mí, te pertenece a vos. Y yo necesito sentarme en el lugar en el que estoy. Porque, a pesar de todo, se que es el lugar que quiero.
Te di lo que pude y lo ultimo que puedo darte son buenos deseos y desearte una buena vida. Pero no quiero formar parte de vos. No importa cuantas veces me confunda, se que no sos lo que elijo hoy. Y se lo que elijo y donde quiero estar.
No digo que no me dan ganas de llorar. Pero es ese llanto de “gracias por tanto”, y de nostalgia por dejar ir una parte. Cuesta. Pero lo vale. No puedo elegir el confort. Necesito elegir mi felicidad y con quien compartirla. Y no es con el confort, es con el que aporta. Perdón, pero no puedo ser como vos. No puedo quedarme con lo fácil. Prefiero tirarme a la pileta y jugarme. Al final de cuentas lo importante esta ahí. En lo que no esta controlado. En lo que te desalinea un poco.

martes, 15 de octubre de 2019

A M B I V A L E N C I A

No entiendo que esta pasando en mi cabeza, te juro. Hace días que no de pensar en vos. No es que me joda. Es que me hace extrañarte, y eso me molesta.
Espero tanto el día para verte que a veces me asusta. Me gustan tanto nuestras charlas en el tren. Que me cuentes sobre tus cosas. Contarte sobre las mías. Entre risas, besos y mimos. Los viajes parecerían durar dos segundos. Como las horas en las que estamos juntos.
Se que soy una cagona. Lo acepto. Me cuesta aceptar lo que me haces sentir. Me da miedo. Es tan infrenable que me genera esa ambivalencia que no me deja ser. NO. No sos vos, soy yo. Es mas que una frase trillada. Te juro que es verdad. Soy yo.
Quiero escaparme de vos. Quiero escaparme de esa manera que tenes para decir "eu, todo lo que planees, va a pasar". Quiero escaparme cada vez que me miras con esa carita. Quiero gritar cada vez que me agarras de la mano, para todo. Quiero huir cuando me sonreís y me das besos. Quiero escaparme de vos cuando bailamos y me cantas al oído. Pero quiero escaparme solo porque todo eso, me gusta.
Me encanta que nos bañemos juntos. Sentir como nos relajamos. Que nos empecemos a reir de cualquier cosa. Mirarte mientras me pones el shampoo. Mirar tu cara cuando te pongo el shampoo yo. Eu, boludo, me generas esa paz cuando mi cabeza es un caos. Y eso mismo hace que me quiera escapar.
Creo que el secreto esta en esa ambivalencia que no puedo evitar sentir. Y eso es lo que me gusta de vos. Siempre fue la ambivalencia que me generas, lo importante.
Ese caos de sentimientos se convierte en calma cuando te veo. Cuando estas enfrente.
Vos sos eso, chabón. SOS AMBIVALENCIA. Sos caos y calma. Sos eso, que jodidamente, no se puede explicar. Sos eso que me encanta y odio sentir. Sos eso.
SOS MI AMBIVALENCIA FAVORITA.